31.3.09

El Sueño

Deberías haberlo visto, saltando entre los arbustos. Rebotando contras las paredes. Volando más allá de la franja a la que tus manos pueden llegar. Rozando nubes que no alcanzamos a ver dormidos.

Era hermoso, era tan hermoso que en el podías admirar la luz de 50 soles sin quemarte la mirada. Tan hermoso que las estrellas volvían a sonar como los cascabeles, que alguna vez fueron, al verlo llegar. Era tan nuevo, tan precioso, tan extraño, que habrías querido entregarle tu juventud entera.

Desde abajo lo ví girar, prenderse en la oscuridad, trepando árboles inalcanzables para la salud. Subió, subió, subió. Derramo su calido sudor sobre nuestra frente, amarró nuestros cordones a sus alas, nos elevo de tal manera…

Parecía el vencedor, el correcto, el grandioso sobre los grandes, el triunfador. Levitaba a tan grandes alturas que tal parecía nunca nadie iba a poder bajarlo de un escobazo. Se haría grande, se haría fuerte, y finalmente renacería de las cenizas construyendo el camino hacía la fuente de oro.

Y así fue, bueno… en parte, así fue. Se hizo grande, creció… creció a tal magnitud que el mundo le quedó pequeño. Se infló tanto que las aristas dañaron sus costados. Creció… creció tanto hasta reventar…
Deberías haberlo visto, saltando entre los bosques. Deberías de haber sostenido su brillo unos segundos. Deberías haberte montado sobre el, y así mojar tus manos en nubes también.

Deberíamos todos haber reventado junto a el. -KapÚm-.

27.3.09

5.3.09

Vos vivías en mí, yo moría en vos, y el universo entero podía reducirse a un grano de arena que a mi no me hubiese importado mientras pudiese quedarme en tus bolsillos.