28.6.09

Remodelación de un mundo

Una imagen frente a la costa, junto al atardecer, al ladito del río, a la hora pico en el que el sol y las nubes chocan, sentada en el pasto, una imagen excepcional que espera que la dibuje, la fotagrafíe, la pinte en mis manos. Una tecla en el piano que espera que la toque, que la utilize, que la vuelva parte de alguna canción que aprenda para mi gusto, o para tu gusto, o pasa nuestro gusto, o para que alguien que yo sé la cante conmigo con esa voz tan dulce que tiene. Un lugar en la cama, calido, junto a la estufa, junto a la gata embarazada ronroneando a 4 motores, que llama a que me recueste y duerma por horas y horas y horas. 10 minutos colgada en el caer de una hoja amarilla sobre la calle, 5 segundos respirando el aire que me das, siempre a la espera inconciente de un aire que me revuelva miles de adentros.
Minutos y minutos y minutos de un reloj que si corre ya no me importa, leyendo la pila de libros que tengo acumulados sobre la repiza, esos que esperan hace meses que los lea en lugar de a los de filosofía... psicología... novelas, poemas, cosas que no entran en el programa académico y que ya me cansé de dejar para después. Un té que me regalaste cuando hacía frío, unos cuantos más que me vas a regalar.

Una visuzalización del momento en que tire, o suelte, o ya no me acuerdo como era el mecanismo, de la soga que me comprometí a tirar (soltar, y de seguido unos gritos de locas de mierda cayendo en el vacío del parque. Yendo al cine, a los jueguitos, a que me obliguen a comprar ropa, a que te obligue a acompañarme a la libería (ya sé que no va a hacer falta obligar a nadie) Toda el día riéndome sin poder parar.
Un viaje que me espera, una nueva ciudad, nuevas ciudades, de aca a una semana a 4 horas... de aca a dos semanas a 15... de aca a mes y medio unas 20 horas. Todos destinos que me encanta siquiera imaginar, todas personas que me llenan por completo. Vos personita especial que hace que todo se prenda de luces, amistades de locas que conocí hace medio año, amistades que conozco desde siempre, y finalmente, y obviamente... la familia.


La remodelación de un mundo entero, cuadros, fotografías, música, una nueva cama más grande (que nosé la verdad para que agrandarla si dormir abrazada es mejor), libros libros libros. Mi nuevo cuarto... Un beso que me espera desde el tuyo, si es que me esperas, si es que no es solo un lindo recuerdo (de los mejores de mis últimos). La promesa de ver nosé cuantas películas ya, de cocinar nosé cuantas cosas, de visitar nosé cuantos lugares, y como siempre cámara en mano.

Me fascina tenerlo todo retratado, me encanta retratarte, me encanta ser parte del porta retratos, me encanta tener tantas cosas llamandome, gritandome que viva, que viva los segundos a solas (aunque nunca esté sola), que invierta los minutos que no, que anote todo en mi anotador de mano. Que espere el momento en que comparta todo lo que vi y escuché, y miré, y sentí, y todos los lugares a los que tengo que llevarte conmigo.

Con eso... ya lo dije todo.

16.6.09

Esbozo de Sonrisa

A la decepción y el dolor solo respondo con mi espalda. Levanto la mano lo más alto posible… los deditos, en busca de algún calor lejano, de alguna pizca del respeto que reste. Y en el desenfreno tropiezo en caída libre hacia un colchón de papelitos, escritos de recuerdos y con tinta negra. Impregnados hasta el último hilo de un perfume llamado adios.
Adios a mi, adios a vos, adios amor, adios viernes por la noche, adios "barquitos de papel sin alta mar", adios casa de legos frente al océano, adios al fruto que creamos y supimos devorar en tanto –poco- tiempo.
El fallecimiento de este fruto me ah causado más tristeza que ninguna otra muerte que recuerde de estos años, tal vez sea porque pocos motivaron tanto en mi. Luchando por darle respiración boca a boca en su último tiempo me perdí la hora de deceso, extravíe su último abrir y cerrar, su última demostración de vida. Sin más fuerzas (y como no quedarse sin fuerzas) lo dejaste en el suelo, lo vi en tus ojos, y ciega por verte a vos tal vez no noté que ya habías visto su muerte mucho antes que yo.
Yo por mi lado extralimite la fuerza que no hallé más en vos, me apresure por abrazarlo y al presionarlo con tanta energía, con tanta expectativa de verlo vivir cuando ya moría, solo logré desvanecer su último bocado de aire… Vos lo viste morir ante el cansancio, ante tanta ceguera, yo terminé de ahogarlo ante la desesperación.

A él le doy mi recuerdo eterno, mi promesa de no abandonarlo al olvido como a tantos otros ataúdes cerrados que yacen ahí, de jamás ponerle el sello de uno más, la promesa de un último esbozo de sonrisa algún 5 de julio.
A vos en cambio te entrego mi ausencia, mi partida, aunque ya te fuiste, aunque ya marchaste antes que yo. Te dejo una esquela en este mismo lugar, por si alguna vez se pasea por tu oreja la de idea de mirar atrás, diciendo cuanto lo lamento, cuanto lo siento, cuanto los amé a los dos, cuanto aprecio haberle dado vida junto a usted. A vos, que siempre lo estimaste y supiste mimar, te doy mi más valioso de los valiosos, mi clave de partitura que dice todo lo que solo vos y yo sabemos bien y para siempre, a vos te entrego mi silencio.

Y adios amor, hasta siempre siempre.

13.6.09

100 años

A vos nunca te lo agradecí, nunca te lamente en palabras, pero creeme que en la madrugada q supe de tu partida... antes de rendir mi examen y después de un fin de semana torturante... me dolío mucho tu muerte, la lamenté como si se tratara de un tío favorito, o más, como si se tratara del final de tantas cosas, de una era.
Y creo que eso significas para mi, tantas cosas, una era, un tío queridísimo que nunca nunca se va a morir en mí.





"Vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía
que iba a vivir
que iba a vencernos
pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro
sin su cielo
un niño muerto
sólo eso
maravilloso y condenado
quizá tuviera una sonrisa
como la tuya
dulce y honda
quizá tuviera un alma triste
como mi alma
poca cosa
quizá aprendiera con el tiempo
a desplegarse
a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor
muertos de miedo
tienen tan grande el corazón
que se destruyen sin saberlo
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y qué pena
yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto
ahora qué queda
sólo queda
medir la fe y que recordemos
lo que pudimos haber sido
para él
que no pudo ser nuestro
qué más
acaso cuando llegue
un veintitrés de abril y abismo
vos donde estés
llevale flores
que yo también iré contigo."

lo último, último que te leí antes de todo, que es genial como siempre



No más recesos de 100 años