29.10.12

Lo extraño es que algunas cosas no pasan cuando todas las demás si pasan.
Lo extraño es que algunas cosas nunca pasan.
Por intrascendentes del tiempo que son, lo poco hambre de sentido que guardan.

Y sin sentido, y sin palabra, yo lo guardo. Porque lo banco.
Pero mucho más que eso, lo guardo, porque es mío.
Sin ser de nadie.
Es lo más mío que tengo.

El amor no pasa.
Si pasa el tiempo, las personas, las elecciones, las arrugas, las llagas, la sal de la vida.
Si pasa el olvido, la arena, pasa ella, paso yo. Y morimos, y la vida misma, pasa.
Pero aquél amor no pasa, vive incesante, siempre latiendo.

Y a veces cuando cruzo sus ojos, las únicas veces que cruzo sus ojos,
encuentro el amor ahí, que nunca se ha ido.

Es un alivio poder recordar ahora,
luego de tanto fuego,
y de tanta tormenta,
que cuando prometí,
no me equivoqué,
que cuando entregué,
algo quedo en mi.

Y que en el fondo del alma la voz susurra,
y yo la oigo en el silencio,
de los cuerpos que se han ido,
de los organismos que fallecen.

Pero el alma no fallece.
Y el amor, tampoco.

23.10.12

Que inocente error el tuyo.
Que tonto, que carismático, que egocéntrico.
Tu error.
De creerte dueña de las palabras
dueña de ¿mis? palabras

Cuando vas a darte cuenta de que no somos dueños de nada,
que los títulos de propiedad no son más que fantasía tratando de mecer nuestra desazón de seres humanos errantes, incompletos, insatisfechos, imperfectos, completa y total-mente desgragmentados en pedazos que ni siquiera en microparticulas de ser nos pertenecen. Cuando vas a hallarte con tu soledad? Cuando vas a atreverte a mirarla a los ojos, y a que te mire, y a que te cuente con silencio lo sola que estas, lo leve que es tu cuerpo, lo nada que es tu materia, lo veloz que te desintegras en el viento y que el viento siempre se va y no vuelve, que los que vuelven son otros vientos que nunca estuvieron, que son nuevos, que son viejos, que son insensibles pero te tocan y te sienten, que te poseen y desposeen, te llenan, y en el mismiso gesto te vacían, de lo que por un segundo creíste poder retener, pero no pudiste. PERO NO PODES.

Que sos más del viento y de la tierra que lo que jamás serás de vos misma.

Cuando vas a admitir sin desconsuelo que sos nada, Sos mucho menos que eso, y mucho más. Sos algo que no puede nombrarse, algo que escapa a las palabras, que gira en el vacío y se alimenta de oscuridad. Sos esta letra, sos este trazo, sos esta página en blanco, este mosquito que pasa volando, este reflejo en el espejo, este ser que te mira a los ojos y te dice te amo. Sos otro. 

Acaso no puedes sentir? Lo bello que es. La indefinición, la mismisisima indefensión, lo liviana que se vuelve el alma cuando te despojas de defensas, conceptos, supuestos significados que no alcanzan a rotularte. Y pensaste ya porque no alcanzan? Lo llegaste a pensar?
Yo siento en el corazón que no llegan a clavarnos en un diccionario, por el hermoso y sencillisimo hecho de que somos demasiado grandes para caber en una palabra, que cuando se agregan palabras se escapa aún más aquello que quiere nombrarse, que las palabras misman son las que dan lugar, inauguran, a lo innombrable.

Y más aún, más aún de ser demasiado grandes. Es que somos demasiado pequeños. Es que somo demasiado nada.

 Es que somos, demasiado, libres.

6.10.12

Hermose arte (más)

Anodada por que en su lengua los sabores saben a vida,
porque en su cuerpo la piel vibra todo el día amor,
porque su corazón galopa incesante sintiéndolo todo,
todo, todo, todo lo que sucede y solo eso,
no más, ni menos,
sin desmesura, y sin distancia.
Medida justa de sentir amor.

Intempestiva se aparece,
sin avisarme, sin contarse nada.
Y entonces me doy cuenta,
sorprendida,
De que la esperaba...
con el pecho abierto de par en en par para acogerla,
para abrazarla con las venas y la carne de este cuerpo,
que había sido ser mío.

Para volverá parte de mi,
más siempre parte de nadie,
y hacía todos lados, y hacía todas partes.
Maravillada de que no sea mía,
pues es del aire,
y al aire toca y lo transforma,
tal como transforma mi ser..
parte por parte.

Es ese su don, que no suscita siquiera poder,
los objetos de este mundo se posan en ella,
la atraviesa, se vuelven parte,
más ella aún no los sostiene, no se apropia de ellos.
Hace tan solo lo que tan bien le sale, sin intentar,
los ama
Los hermosea con su hermosura,
de hermosa mujer del cielo humeante.

Y cada día, ningún día,
no se agota de hermosear.

No exagero, basta con verla,
que de su piel se desprende luz,
y en su sonrisa ella sabe,
incluso no teniendo idea de nada,
que la vida vive en ella.

Que las cosas en su voz cobran vida,
la vida que siempre tuvieron.
Que el amor no va a matarla,
Que si dejar de amar fuera posible,
y si a dejar de amar fuera obligada,
ella caería a la muerte en un instante.

Hermosea.
Y mi a me sobran,
todas las palabras,
que no llegan a nombrarla.

No sé que habría pasado de haberte ido a buscar.
Quizá estarías conmigo y serías mi a mante,
viviríamos en las afueras,
y en ningún lado a la vez,
viajaríamos cada semana,
y nuestro cuerpo se apagaría,
el uno con el otro.
A cada instante...

Si hubiera atendiendo esa llamada,
de haberte contestado diciendo...
"yo también estoy aquí, espero",
¿estaríamos aquí hoy?
Fumando la siesta,
Aspirando la vida,
Bebiendo los suspiros al compás de nuestras almas.

Pero no la atendí,
y no fuí,
y no salí a buscarte.
Y no estas conmigo,
y no sos mi amante,
y mi cuerpo se duerme en otro cuerpo.
Y mi corazón se inunda de otra alma.
Y yo vivo sabiendo que podría haber muerto,
ahogada en el murmullo de tu pecho.