Más lejos, más arriba, más

Cuando golpeen más fuerte, yo esquivaré sus golpes. Y al poner muros sobre mi frente, yo cruzaré la barreras, iré más allá de cualquier límite, me volveré invisible ante el mounstro de dos cabezas más horripilante de todos. Y si rompen mis esquemas, y me impiden verte de acá a la eternidad, yo espiaré tras tus sueños y encontraré la puerta para llevarte conmigo más lejos, y más arriba, donde las aves negras no puedan llegar de tan pesadas sus alas.

Y cuando ataquen mis ojos con dardos venenosos, yo te reconoceré de nuevo a través de mis manos. Y si me cortan las alas, y me atan las manos, y derriban mis pasos, jamás podrán con lo que tengo adentro. Que es más grande, más poderosa, más feroz, más sublime e increíble, e intocable, e imperturbable, que cualquier otra fuerza.

Mi esencia irá con vos adonde sea que vayas, y mis deseos de verte feliz te servirán de camino a cualquier destino, y siempre sabrás que mi amor entero te protege. Si caés me ofreceré de almohada, si llorás tendré el lugar perfecto para resguardar tus lágrimas. Y no importa cuanto tiempo pase entre un beso y otro, porque parte de mí quedará en cada uno, para que vuelvas a acariciarme cuando parezca no estar. Y de estar, estaré siempre, pero tal vez use el polvo mágico de las hadas para esconderme en tus manos.

Y si el precipicio me alcanza, yo caeré para volver a subir. Y si los golpes se hacen más duros, yo sanaré los huesos y te abrazaré con más fuerza al despertar. Y lo enfrentaré todo de nuevo, una y otra vez. Y entonces ningún deseo por alejarme tendrá la fuerza necesaria para vencer a la voluntad de amarte, más allá de todo.