9.9.12

Le temo a la calma. Le temo a la plenitud, a la tranquilidad mediocre, al cese del miedo, y la energía, y la presión. Le temo al final del camino. Porque lo que yo quiero, es caminar. Le temo al amor que me abraza, o es acaso al dolor que me seduce? Le temo a la sonrisa que me comprende, a la mirada que me nutre, a las manos que me alcanzan. Le temo a ser amada, correspondida, atendida, derrochada. Le temo a la chorreadez del temor, al miedo que es líquido y recorre mi espalda. Le temo a la vida con poca muerte. A la muerte sin vida. Al final del dolor. Me temo a mi misma.

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