15.2.11

Probablemente seas de aquellas personas que no se creen esa estúpida vieja historia que dice que cuando ella se va los mundos colapsan y se detiene la vida. Yo tampoco lo creía.

Pero al final, era cierto, cuando ella se fue no me dejo ni las estrellas en el cielo.
Ni las hojas secas del invierno, ni el alma me dejo, ni el olvido.
No me dejo siquiera las lágrimas que guardarían mi cuerpo.
Nada.

Yo ya no siento más nada,
y es que en el aire no quedan rastros
de ninguna mínima partícula que valga la pena sentir.

Cuando ella se fue, no me dejo, nada
Ni las estrellas.
Ni las hojas secas del invierno.
Ni el alma.



Ni el olvido me dejo...
Ni las estrellas, en el cielo.

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