22.6.10

A un costado del cuarto

No tengo ganas
Simplemente no tengo ganas de hacer esto. No tengo ganas de tomarme la copa de vino que tengo en frente sola. No tengo ganas de aceptar que ya no puedo verte más y aún así verte cuando sueño que todavía estas al lado mío, no conmigo ni de mi mano… sencillamente al lado mío.
No tengo ganas de poner candados ni de cerrar las puertas, no tenga ganas de que te vayas tan lejos mío ni de encontrar en la tele recitales inimaginablemente encontrables de discos que escuchaba con vos. No tengo ganas de mirarte y decirte que está terminando, está cayendo a un costado del cuarto que yo no alcanzo, y sin embargo cuando abro los ojos ya lo hice… ya lo hice hace varios días. No quiero ser parte de ese día.
No tengo ganas de escucharte decir que no podes creer las palabras que salen de mi boca, ya sé… ya sé en serio que yo tampoco sé creerlas. Ni tengo ganas de verte tan callada, ni tengo ganas de olvidar tu cara de a poco y mucho, ni tengo ganas de que mis lunares sean de alguien más, ni de que el reloj se devore nuestras horas, y el cemento nuestros pasos, y el viento nuestros perfumes conjugados en un mismo cuerpo que alguna vez amo. No tengo ganas, no tengo nada de ganas y detesto decirte esto. Detesto escribir esto, detesto que seas parte de algo que ya fue.
No tengo ganas de que sea hoy ni de que sea mañana ni de que sea esta noche ni ninguna noche más. No tengo ganas de recordar que tengo que olvidarte, no tengo ganas de que recuerdes hacerlo.
No tengo ganas de extrañarte, no tengo ganas de perder la sensación de tu piel, no tengo ganas de aguar tus pupilas en un charco marrón que se quedo perdido en la calle y que ya no tiene tu color a café con leche.

No tengo ganas de nada de eso, y ya sé que lo hice todo. Decí algo, o no, no digas nada, de eso no sé si tengo ganas.

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