28.6.10

Morir Trescientas Veces de Sed

Tomaría un gran puñado de paz con las manos y lo tiraría al viento, con el estupido deseo de que llegara a vos. Te daría todo el amor que me queda por dar y todo el respeto que te tengo sin dejarte cargando con tanto tanto dolor… tan tan sola…
Pero resulta paradojo como, esta vez, pareciera que lo mejor e incluso lo único que queda por hacer, por alguien que quiero tanto, es dejarla solo. Incluso cuando eso significa ir dejandome sola a mi también. Paradoja, amarga, terriblemente dolorosa es la verdad que sin, dejar de serlo, me ahoga decirla.

Como me gustaría que no fuera tan increible para vos. Que pudieras creer que esto me duele. Tal vez no tanto como a vos, pero si mucho, duele, duele mucho. Verte caer aunque no te vea, sentir tus lágrimas de amargura sobre tus mejillas aunque no las sienta, clavar tus piernas en mis hombros y sentir como reposan en el centro de mi espalda.. aunque ya no te sostenga. Así se define el dolor para mi en este mundo un poco, cada vez un poco más y un poco menos, inhabitable.

Yo se que los planetas se estampillan y explotan, que las nubes se volvieron color púrpura y su sombra llena de llagas tu piel, que tus ojos claros son hoy mil veces más claros desde que no hacen más que empapar todo el cuello de tu polera. Lo sé porque dentro mío están chocando también. Porque aunque trate no puedo frenar que los pedazos de escombros despegando de mi, lleguen a vos.
Lamento que hayas estado tan cerca de esta estampida de columnas, y sin embargo no puedo lamentarlo mucho. Te ame, te ame tanto taaaanto. Será por eso que ahora prefiero atravesar un gran mar salado de distancia de vos, a quedarme llenando de esta sal tus heridas.
No vas a creerme, no? No vas a creerme cuanta fuerza implica en realidad. No me hace falta tu presencia para respirar, no me ahogo en la angustia de ya no tenerte.. pero parte de mi se apaga con vos desde que no estas, todos los días un poquito más.

Que asqueroso se lee todo… puedo leerlo y releerlo y vuelve a sonar cada vez más desagradable. Ya sé que es no lo que te gustaría escuchar ni sentir, pero que puedo hacer? Prometí siempre entregarte mi amarga verdad. Aca está, y no la guardes, no la tires de inmediato arrollada en la servilleta sucia de la entre mesa. Hagarrala, que ensucie un poco tus manos, odiame, olvidate de mi y hace la promesa de que va a ser para siemore, y algún día. Algún día capaz puedas saber sin escupirme que te ame, cooomo te ame, tanto como para morir trescientas veces de sed antes de ahogarte en el mismo mar en el que me hundo ahora yo.

2 comentarios:

Felipe I. dijo...

no puedo explicarte lo partido e identificado que me siento cuando leo tus entradas...

es algo duro saber que sólo quedan algunos pedazos en la mano de eso que uno regaló con los ojos ciegos...

mientras escribas y te sirva, alguien te leerá...

Anónimo dijo...

Me encanta leerte. Sentirte tan humana! A veces se vuelve inevitable que alguna lagrima brote de mi, porque tb ame.y perdí...