23.7.12

Solo mis cicatrices sabrán la historia completa.
Pues bien, es cierto, nunca pude recuperarme de la partida de mi amor.
Nunca.
Y certeramente, nunca lo haré del todo.
Ahora lo sé, y ya no duele.. tanto.
Jamás había estado tan lejos de un ser que amara en esa magnitud..
hablo de distancia física, mental, de alma.
Jamás había experimentado tal distancia, tal profunda y abismal distancia,
lejanía hecha de medio hemisferio de mundo, literal.
Tal ganas de llorar el día entero por no soportar que cada fibra de mi cuerpo dijera "te extraño".

Aún así, en la distancia, y pronto, me di cuenta de algo que aún no deja de sorprenderme,
y es que desde tierras lejanas mi amor nunca falleció,
pues al contrario... revivió cada día aún con más fuerza.
Temo escribir             que   aún revive.
Me gusta pensar que quizá yo si hice una elección... entre sepultar mi amor y olvidarlo entero,
sufrir lo que sufrí por tanto tiempo.
Bueno, lo que elegí.. creo que ya está claro, y de otra forma no hubiera sido porque yo todavía no sabía como amar de otra forma más que sufriendo de amor.

Hoy despedí a un gran amigo, en su partida a la otra mitad de la esfera terráquea,
a un hermano, mi hermano, lo vi irse una vez más.
Y en esa despedida encontré tristeza porque comprendí que de ciertas despedidas jamás vería vuelta atrás.
Con mi hermano, ese no es el caso.

Recordé el último beso sentada en mi auto, la puerta abrirse..
sus pasos hacia la entrada desde la cual horas luego se dirigiría al avión que la llevaría tan tan lejos de mi.
Recordé,
la última vez que la vi aún amándome..

Fue la última vez que la mire amarme.


De algunas despedidas no hay vuelta atrás, no hay recuperación, no se puede siquiera imaginar un remplazo.
La palabra remplazo le queda tan minúscula que ni siquiera puede llegar a ser insultante.


Toda mi vida recordaré aquella ultima vez que me amo,
aquellos largos 5 meses esperando que aún me amara de nuevo.
Toda la vida recordaré que medio año luego, desde el mismo auto en el que antes me besaba con tanto amor, y llorando casi tanto como el cielo lloraba ese día.. la oiría decir "yo tenía mis certezas, pero las certezas las hallé en otro lugar".

Yo nunca voy a olvidar.
Y nunca, ya sé que nunca, voy a dejar de amar.
Pero con fuerza y tiempo encontré otra opción.. que no fuera sometimiento.
Y es importante esto porque de opciones hablo, de elecciones.

Uno no puede evitar enamorarse de quien se enamora,
no puede evitar amar a quien ama,
pero si hay, en serio si hay, formas de amar, de quedarse, y de estar, o de no estar, porque no estando también se ama,
de callar, o decir, de escuchar o interrumpir.

1 comentario:

Peperina dijo...

vos podés ir a Japón conmigo