29.10.12

Lo extraño es que algunas cosas no pasan cuando todas las demás si pasan.
Lo extraño es que algunas cosas nunca pasan.
Por intrascendentes del tiempo que son, lo poco hambre de sentido que guardan.

Y sin sentido, y sin palabra, yo lo guardo. Porque lo banco.
Pero mucho más que eso, lo guardo, porque es mío.
Sin ser de nadie.
Es lo más mío que tengo.

El amor no pasa.
Si pasa el tiempo, las personas, las elecciones, las arrugas, las llagas, la sal de la vida.
Si pasa el olvido, la arena, pasa ella, paso yo. Y morimos, y la vida misma, pasa.
Pero aquél amor no pasa, vive incesante, siempre latiendo.

Y a veces cuando cruzo sus ojos, las únicas veces que cruzo sus ojos,
encuentro el amor ahí, que nunca se ha ido.

Es un alivio poder recordar ahora,
luego de tanto fuego,
y de tanta tormenta,
que cuando prometí,
no me equivoqué,
que cuando entregué,
algo quedo en mi.

Y que en el fondo del alma la voz susurra,
y yo la oigo en el silencio,
de los cuerpos que se han ido,
de los organismos que fallecen.

Pero el alma no fallece.
Y el amor, tampoco.

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