26.4.12

Irretenible

Cada vez encuentro más difícil encontrar "mi" blog.
Esta no es un forma de ser, es solo un plano de expresión terrible.
Cuando cambié su nombre y su historia lo hice en la pura necesidad entendida de cambiar algo más profundo, y entonces lo expresé aquí. Fluir sin un fin más que fluir sin preguntarme porque fluir en un medio en el que fluir se vuelve fluctuoso si pienso en quien podría llegar aquí e interesarse por lo que fluyo. La verdad es que me chupa un huevo, y no me gusta decir "me chupa un huevo" porque no tengo huevo, pero curiosamente lo digo siempre que algo realmente, de costilla, me chupa un huevo.

En la época de los corazones y los corazas si me importaba. Y entonces allá esto así no existiría, ni saldría de mis manos, porque fluir no estaba permitido, y porque a cada paso que yo daba otra parte de mi lo corregía. Gracias a gato, porque se me ocurre gato para no decir "Dios, gracias a gato hoy no me corrijo sino que puedo apropiarme de mis pasos y darlos por darlos y no darlos cuando no me llevan a ningún lugar. Gracias a mi yo creo en gato y creo en mi.

Algunos pasos igual los doy sin que me lleven a ninguna parte. Pero entonces son pasos para volver. Herida, maltratada, estúpida, más fuerte, nunca más débil, más asquerosamente cuerda, o al borde de la locura. No importa, siento que para mantenerme sana, y hablo de sanidad a mi manera de entenderla no de sanidad moral, a veces necesito volverme loca. Lo sé cuando me vuelvo loca, que necesitaba volverme loca, y entonces no puedo volverme loca porque si estuviera loca no lo sabría, y no estaría "loca", solo sería yo misma sin ser yo, quizá más libre pero entonces más atormentada. La locura es solamente otro modo de ser que yo seguramente no me bancaría, hay que ser fuerte para ser loco.

La verdad es que por ser humano, o por yo persona del aquí y el ahora, o por infeliz, o porqué aún cabe encontrarme más (de eso no cabe duda), si necesito un cuadro para mi libertad, no me dejo volverme loca. Y si digo cuadro inmediatamente pienso en límites. Así es, necesito límites porque no me banco el cáos. No es que lo rechace, al contrario, no me banco no bancármelo.
A veces trato con el, y no diálogamos por supuesto solo que estamos, en caos.. pero no puedo manejarlo y vuelvo a mi recuadro que, por supuesto, yo prefiero decir que no es cuadrado sino polimorfo. No sé, sigue siendo morfo, yo si pudiera aspiraría a prescindir de las formas.

Pero por ahora no puedo, me falta, al menos lo tengo presente, lo llevo en la mira.

Hasta entonces, seguiré buscando este plano terrible aún si me cuesta encontrarlo.

Hable de cambios, este es otro cambio más profundo todavía. Si es que podemos hablar de profundidades, no interesa, no nos quedemos en las palabras.

Cuando sea un espejo que prescinda de los espejos entonces prescindiré de las formas y la esencia atrapada en ellas pasará por mi para volver a los demás.
No sé si se entiende, yo aún estoy descubriendo esto, pero me agrada. Y me agrada porque es todo lo contrario a lo que siempre hice. Y ahora que sé que lo que hice fue retener el aire (que es irretenible, eh ahí lo absurdo) y someterme a la posesión de las imágenes, a que las imágenes me sometan, a someter los cuerpos para que quepan en mi delirio... Ahora que lo sé, voy a invertir mis días en aprehenderlo, en articularlo tanto que se vuelva parte de mi sin que esté en ninguna parte y sin que yo sea nadie de nada.

Es una grave equivocación creer que somos de alguien, que somos dueños de alguienes a quienes pertenecemos. En definitiva estamos solo solos, y afortunadamente a veces otra soledad nos acompaña. (me lo dijo Rilque antes de que lo pensara yo y por eso le agradezco de pulmón, de costilla). Jamás deja de ser una soledad, ni la mía, ni la tuya, ni la de nadie. Y no pasa nada si no hay otra soledad acompañándonos, la verdad es que siempre hay soledades al rededor nuestro.

No creas que ya no hay más tiniebla, tan solo debes comprenderla.




Por cierto, y esto no me chupa un huevo, si a alguien le interesa leer algo hermoso puede hallarlo en "Cartas a un joven Poeta" de José María Rilque. Yo misma lo leería de nuevo si no lo hubiera perdido. Pero nunca lo pierdo de mi mente igual, siempre vuelve a mi, y algún día lo encontraré en libro también y ese día será un día genialmente feliz.
No hay apuros.

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