3.6.12

Vivir para los otros, vivir de los otros, vivir por lo otros y gracias a los otros y solo para otros.
Estoy harta de esta patética existencia.
De pronto encuentro que no cuento con límites en mi caja de herramientas.
No los hay, no me los han dado, no los tengo.
No hay ni punteado que me me separe de otros cuerpos.

Soy promiscua, me desdibujo en los demás, soy una puta.
Soy un asco.
Mi historia entera se apoya en otro, se escribe por otro,
y muero de angustia porque nadie la lee,
cuando en palabras quisiera decir que solo a mi me toca leerla.
Qué mentira, cuantas mentiras me digo.

Lo único mío es mi sombrero,
que me pesa,
me aplasta la mente.
Es lo único mío y es lo único que detesto, que rechazo,
que embarduno en tierra y guardo en el basurero de en frente.
La mierda de los demás la acaricio,
le limpio los bordes con pañuelitos descartables,
les paso detergente para que brillen.
¡Patetismo!

El patetismo me supera.
Este espacio mismo jamás lo hice mío,
me la pase llorando por otra,
lamiendo sus bordes,
metiendo hasta el fondo del jarro las manos mugrosas.
No es casual que se fuera, no lo es.

Ni me existencia la banco porque me harto,
y quisiera vivir la existencia de otros.
Otros.
Otros.
Otros.
No estoy yo, no hay yo, no me encuentro,
si no me encuentro es porque no existo.

Basta.

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